Entrenador con Mayúsculas

Joan Plaza. Un entrenador de novela

Joan Plaza 

En sus propias palabras, Joan Plaza entrenador de baloncesto del equipo de la ACB Unicaja de Málaga, admite ser un «enfermo de empatía». Es un gran y agradable conversador. Un tipo que encuentra/busca su inspiración por los rincones, con miradas furtivas que imaginan una vida por una caída de ojos o una forma de cruzar los brazos. Y que escribe de noche, en esas madrugadas de insomnio tras partidos, viajes, entre la feroz rutina de un equipo profesional de baloncesto.

Joan acaba de publicar su segunda novela («Despertar a tiempo», editorial Jirones de Azul), presentada en Madrid con Ángel Gabilondo como maestro de ceremonias. Un acto en el que surgió el interesante debate de si se le puede considerar escritor, pues él mismo rechazó semejante cartel, aunque ya tiene avanzada su tercera obra. Evidentemente sí, concluyó el catedrático y ex ministro de Educación, quien le animó a continuar en esta tarea, pues «como a nadar se aprende nadando, a escribir se aprende escribiendo».

Está en uno de los momentos más plenos de su carrera. «Quiero estar arriba sí o sí. La pasión me sale por las orejas. Quiero que el Unicaja se meta en el Top 16 y se lo merezca. Quiero que esté en la Copa con suficiencia y mira de reojo al banquillo de la selección española, candidato firme y lógico en cuanto se derogue la estúpida norma que impide a los entrenadores ACB dirigir a un equipo nacional.

Y esta su otra faceta, la intelectual, engrandece su figura, le hace trascender en un mundo tan opaco a veces como el del baloncesto. Joan, verso suelto, trata de quitarse importancia, no elucubra con filosofías, no mezcla. No regala libros a sus jugadores. Esgrime aquella famosa anécdota de un entrenador español que montaba obras de teatro en el vestuario, hasta que un jugador acabó por zarandearle. Y eso que tenía el papel del Rey Lear. Plaza simplemente escribe, como forma de ampliar sus horizontes. Igual que cada verano agarra su Harley y cabalga por España descubriendo rincones.

Es una mente inquieta, en busca de recursos, experiencias y bagaje. Dice Gabilondo que la novela «nos anima a ser libres y valientes», que es una «llamada a no posponer». Y que Mario, el protagonista, tiene mucho de Joan, al menos de su alma.

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